Las típicas vacaciones de verano españolas en agosto han llegado a su fin, y eso significa que nuestra oficina se ocupará de las declaraciones anuales de los impuestos para los no residentes. La mayoría de los propietarios de una segunda vivienda en España saben que deben presentar una declaración anual. Pero si una casa vacía, que solo usas unas pocas semanas al año, no genera ingresos, ¿por qué hay que tributar?
Las autoridades fiscales españolas gravan las rentas que el inmueble en España ha generado o hubiera generado. Esto significa que, para los ingresos por alquiler se debe realizar una declaración de impuestos sobre los ingresos efectivamente percibidos, como se explica en nuestro artículo del 31 de marzo de 2020. Eso tiene sentido, dado que es una fuente de ingresos.
Por otro lado, están los ingresos que se considera que ha generado una vivienda desocupada. Las autoridades fiscales asumen que la mera propiedad de una vivienda genera un valor añadido al patrimonio total del propietario cada año. Este valor añadido se calcula sobre la base de una cantidad fija. Esta renta fija se determina sobre la base de un porcentaje del valor catastral de la vivienda.
La declaración de impuestos debe pagarse en el año siguiente al año de propiedad. Esto significa que cuando compra la vivienda en 2019, debe presentar una declaración de impuestos en el transcurso de 2020. Tienes todo el año para ello. Es esto por lo que algunas empresas o “gestores” hacen la declaración a principios de año, mientras que otras lo hacen al fin de año.
El momento de presentación de la declaración de impuestos no es importante, siempre y cuando se haga antes del 31 de diciembre del año siguiente (es decir, el 31 de diciembre de 2020 para la declaración de 2019).
Si la declaración de impuestos se presenta demasiado tarde, las autoridades fiscales impondrán una multa. El importe de esta multa puede diferir dependiendo de cuándo se presentó la declaración de impuestos.
– Selena Escandell Beutick