Veri*Factu es un protocolo o formato para un sistema de facturación digital que se pretende imponer de forma obligatoria en España para los empresarios. El sistema debe garantizar que las facturas (digitales) sean inmutables, trazables y auténticas.
Para lograrlo, se incorporan firmas electrónicas, hashes y códigos QR, y los datos se envían automáticamente a la Agencia Tributaria (AEAT).
El sistema se presenta como el siguiente paso en la transformación digital. Promete mayor seguridad, menos fraude y una presentación de informes más sencilla.
¿Cuándo entra en vigor?
La implantación es gradual y los plazos ya se han pospuesto varias veces, pero el calendario actual es el siguiente:
- A partir del 29 de julio de 2025, los proveedores de software solo podrán ofrecer programas conformes con Veri*Factu en España;
- A partir del 1 de enero de 2026, las empresas (personas jurídicas) estarán obligadas a utilizar este formato;
- A partir del 1 de julio de 2026, los autónomos estarán obligados a utilizar este formato.
- La AEAT debía ofrecer a partir de julio de 2025 una plataforma gratuita de facturación electrónica para pequeñas empresas a través de MiFacturaeE, pero por ahora no está operativa.
Efectividad
Combatir el fraude es, en sí, un objetivo legítimo. La cuestión es si este sistema es eficaz. Cada empresario ya declara trimestralmente su facturación, informa cada operación transfronteriza y debe presentar una vez al año una lista especial con todas las operaciones superiores a 3.000 € (Modelo 347).
Quien quiera defraudar ocultando ingresos lo hace hoy sencillamente no emitiendo factura y cobrando en efectivo. De ese modo, la facturación permanece fuera del alcance de Hacienda y la economía sumergida persiste.
Con Veri*Factu esto no será diferente. El sistema no puede impedir la economía sumergida.
Beneficios (según el gobierno)
El gobierno publicita los siguientes beneficios:
- Menos fraude de facturas;
- Datos en tiempo real para Hacienda;
- Más confianza para el cliente;
- Automatización y alivio administrativo;
- Igualdad de condiciones (level playing field).
Pero, en la práctica, ¿qué tan sólidos son estos argumentos?
1. Menos fraude de facturas
Según el gobierno, la manipulación posterior (como borrar o modificar facturas) se haría imposible. Esto, en efecto, aborda el fraude administrativo, pero no la práctica del “efectivo sin factura”.
No existen estadísticas específicas que demuestren que este tipo de fraude sea un problema de gran escala. La mayoría de las cifras conocidas sobre fraude de facturas se refieren a facturas falsas o phishing, a menudo un problema de control interno empresarial, no de fraude fiscal.
Conclusión: este argumento no resulta convincente. Veri*Factu solo aborda una forma limitada de fraude que no representa el verdadero problema.
2. Datos en tiempo real para Hacienda
La AEAT obtiene acceso directo a los flujos de facturas. Suena impresionante: las discrepancias entre registros de proveedores y clientes se detectarían más rápido y el fraude carrusel sería más difícil.
Pero también aquí se cumple que primero debe producirse el fraude para que surja una señal. Después viene una investigación jurídica y práctica prolongada. El software en tiempo real no puede acelerar eso.
Además, los defraudadores organizados adaptan sus métodos con mucha rapidez. Trabajan con testaferros y empresas que desaparecen al poco tiempo.
Conclusión: los datos en tiempo real proporcionan más información a Hacienda, pero no evitan el fraude. En la práctica, este argumento es un no‑argumento.
3. Más confianza para el cliente
Las facturas reciben un código QR y verificación, lo que permite a los clientes comprobar si la factura se ha presentado a la AEAT. Pero en la realidad, el cliente medio no lo comprobará o no lo considerará importante. Para el cliente, lo que importa es el precio y la calidad, no si la factura ha sido comunicada o no a Hacienda.
Conclusión: esta ventaja existe solo sobre el papel y carece de significado práctico.
4. Automatización y alivio administrativo
A menudo se afirma que los informes duplicados, como el Modelo 347 anual (lista de operaciones > 3.000 €), pasarían a ser innecesarios. Pero ese informe ya está en gran medida automatizado y es, literalmente, “pulsar un botón”. Apenas supone carga para los empresarios. En su lugar llega un sistema en el que cada factura debe procesarse en tiempo real, con códigos QR y firmas digitales, y enviarse a la AEAT. Esto significa, de hecho, más administración, mayores costes de software y más trámites.
Conclusión: esta ventaja no se sostiene. Es un no‑argumento que oculta la carga para los empresarios.
5. Igualdad de condiciones (level playing field)
El gobierno sostiene que Veri*Factu protege a los empresarios honestos frente a competidores que manipulan su contabilidad. Pero el verdadero problema de la competencia desleal está en la economía sumergida, y Veri*Factu no la afecta.
Conclusión: este argumento también se desvanece.
Conclusión final
Veri*Factu se presenta como modernización y lucha contra el fraude. En realidad, supone una expansión considerable de la vigilancia fiscal.
- Para los empresarios: mayores costes, más obligaciones y pérdida de privacidad;
- Para los clientes: ningún beneficio apreciable;
- Para el gobierno: acceso en tiempo real a datos detallados y más posibilidades de control.
El resultado: el empresario honesto paga la factura de un software caro, más administración y aún más desconfianza. Mientras tanto, la economía sumergida permanece fuera de foco.
El gobierno haría mejor en centrar su energía en la detección dirigida y el abordaje del fraude organizado, en lugar de introducir un sistema masivo que golpea sobre todo a quienes no debería.
Con Veri*Factu, el defraudador es quien ríe al final — y los empresarios y los ciudadanos son los perdedores.
Roeland van Passel