Todos nuestros clientes que están involucrados en un proceso judicial saben que, en los últimos años, nuestro sistema judicial no ha sido precisamente un ejemplo de rapidez. Sin embargo, hay una noticia esperanzadora:
la reciente reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) ha decidido que las personas mayores de 80 años merecen más atención y una resolución más rápida de sus casos.
¿Qué Dice la Reforma de la LEC?
El Real Decreto-ley 6/2023, de 19 de diciembre, ha introducido algunas mejoras para que nuestros mayores no tengan que esperar una eternidad para ver resueltos sus asuntos judiciales. Entre ellas:
- Tramitación preferente: Los procedimientos en los que intervengan personas de 80 años o más deberían resolverse con mayor rapidez. Decimos «deberían» con cariño, porque sabemos que en la práctica esto no siempre se cumple.
- Facilitadores y apoyos: Si la justicia ya es un laberinto para el ciudadano común, imaginen para alguien de 80 años. Por ello, se permite la intervención de profesionales para garantizar que comprendan (y sean comprendidos) durante el proceso.
- Horarios más accesibles: Si una persona mayor de 80 años debe asistir a una vista o audiencia, se intentará programarla en un horario más conveniente. Nada de estar en el juzgado a primera hora de la mañana sin haber tomado café o esperando hasta última hora del día.
Nuestra Misión: Hacer que Esto se Cumpla
Sabemos que la teoría está en la ley, pero en la práctica los juzgados siguen colapsados y, por mucho que se regule, la aplicación de estas medidas no es sencilla con tribunales sobrecargados.
Desde nuestro despacho, haremos todo lo posible para que esto no se quede en palabras vacías en un boletín oficial, sino que exigiremos a los juzgados que apliquen esta nueva disposición.
Conclusión: ¿Justicia Más Rápida o Solo un Espejismo?
Nos encantaría decir que, gracias a esta reforma, todo será ágil y eficiente. Pero siendo realistas, sabemos que se necesitará más que buenas intenciones. Nuestro compromiso es seguir insistiendo y exigiendo el cumplimiento de la ley, presionando cuando sea necesario y utilizando todas las herramientas legales a nuestro alcance. Aunque no podemos prometer justicia inmediata, sí podemos garantizar que lucharemos para que su caso no quede olvidado en algún archivo polvoriento. Porque la justicia tardía, como bien sabemos, no es justicia. Seguiremos trabajando para que esta reforma sea una realidad y no solo una declaración de buenas intenciones.
Maria D. García Santos